miércoles, 6 de julio de 2016

sueño


Los amantes de mi sueño se abrazaban, se reían, se querían,
se miraban con los pérfidos ojos de quien adora y teme tanto que odia.
Mi presencia se perdía entre pestañas y besos. 
Yo los miraba con lejanía.
Después de un rato de observarles, 
ella me descubrió,
me clavó sus negrísimos ojos, 
rio con ellos.
Me expulsó de su espacio evocando el sonido del despertador,
y cuando sonó, lo primero que pensé,
fue que tenía que venir a escribir,
que los amantes se leen con signos que solo ellos entienden.



Quitarse el vestido o los prejuicios.
Emanciparse del cuerpo ajeno
y recuperar el propio.
Aquí está,
aquí ha estado.
Olvidado, esperando,
latente, valiente.
Músculos, carne y sangre,
fuego entre las piernas. 
Aquí está mi cuerpo, 
despierto,
reviviendo,
pidiéndome que le haga el amor.
Mi cuerpo sabe lo que quiere.
Grita, exige, llora y ríe.
Presiono, acaricio, libero.
Mi cuerpo y yo.
Yo...
me tengo 
me gozo
me corro
me pruebo 
me elevo
me muevo hasta jadear 
me quiero.