sábado, 2 de diciembre de 2017

Deseo es una bella palabra

Qué es la piel sin la caricia
y el cuerpo sin el deseo,
inútil depósito de sangre y huesos.
Y el deseo:
impulso que surge de la mente
aparentemente libre,
sustancia sin forma
contaminada por la historia universal.
Y qué camino sigue ese deseo,
en dónde se incrusta sino en el cuerpo,
propio o ajeno.
Cuando lo propio no es suficiente,
porque cansa, porque aburre,
por misteriosas reacciones alquímicas;
surge la incesante cruzada.
La búsqueda de otro cuerpo.
Y así comienza
la tensión que no puede contenerse
porque explota la sed miserable,
que en oposición a la tesis de Villaurrutia,
nunca acabará,
porque una no puede ser sin la otra.

Patricia Matus

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